La principal razón para practicar un ritmo funky es que estos ritmos son muy guapos. Pero también que este tipo de ritmos te van a ayudar a mejorar tu sentido arácnido.
El ritmo que vas a aprender en esta clase está hecho casi todo con semicorcheas. Excepto el final que son corcheas.
La ventaja de que el ritmo no cambie de figura rítmica es que te vas a poder concentrar en los momentos en que tienes que apagar el sonido.
Una de las gracias de este estilo es saber cuando mutear los acordes. En este caso lo vas a tener que hacer en la tercera semicorchea del primer tiempo y el tercero; y también en todas las semicorcheas del segundo y cuarto.
Este ejercicio se puede hacer con cualquier acorde, pero vamos a aprovechar para usar los acordes de novena tan típicos del funk.
El acorde de novena que vas a usar es el Mi9. Este acorde está formado por la tónica, tercera mayor séptima, quinta y novena.
El acorde Mi9 lo puedes tocar usando la cejilla o sin ella. Eso depende de tu flexibilidad en el tercer dedo (si no usas la cejilla no vas a tocar la primera cuerda en el traste siete).
Partitura
En la partitura tienes indicada en que dirección tienes que tocar el acorde. La idea es que no repitas dos veces la misma dirección para así poder tocar este ritmo de una forma más fluída.
Las notas que hay en los dos últimos tiempos del ejercicio son la tónica y la séptima del acorde.
Estas dos notas tienen debajo un punto que te indica que hagas un sonido corto y seco; o sea, que no dure la corche ni la negra entera.
Pero practicar un ritmo funky no consiste tan solo en tocar a solas. Lo ideal es que uses este ritmo para improvisa encima. Por eso te recomiendo que lo toques con otra persona o te lo grabes para tocar encima.
La improvisación la puedes hacer de dos formas, usando la pentatónica menor de Mi o la pentatónica mayor de Mi. Y ya si vas sobrado, mezclar las dos.
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